"Todos vivimos nuestro propio cuento, que es la vida".

martes, 31 de marzo de 2015

Se te olvidó.


Se te olvidó cómo decir aquello tan bonito que te conté y, sin embargo aprendiste a pedir auxilio con la mirada. Se te olvidó quién era yo y quién eras tú, pero dejaste que se asomará el reflejo de un niño al que aprendí a querer.

Se te olvidó como decirme tantas cosas que esperaba escuchar y te guardaste para ti. Pero a pesar de todo, empezamos a hablar con la mirada, a sentir sin las palabras y a querernos en silencio. A jugar a ese juego del olvido que tan bien se te daba. La ventaja de tener mala memoria es que disfrutaste muchas veces de las mismas cosas. Para ti siempre era el primer beso.

Se te olvidó que me olvidaste. El olvido es un lastre que no se lo lleva todo... y dejaste aquí tu presencia, dejaste aquí un rastro, y yo, que no consigo olvidar y ya no quiero tampoco, aún me pregunto si hoy me recuerdas.
Pues tu olvido es mi recuerdo y tu mirada, mi refugio. 

Siempre recordaré el olor de tu piel aunque ya no estes.

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