"Todos vivimos nuestro propio cuento, que es la vida".

martes, 8 de septiembre de 2015

A ti.



Quiero darte las gracias a ti, que dedicaste parte de tus horas en preocuparte por mi estado de salud. A ti, que ocultabas tu cansancio con una gran dedicación por tu trabajo y hacia los pacientes que estaban en tus manos. A ti por calcular cada paso que dabas con cautela para no cometer ni un solo error. A ti.

Permíteme que no te trate de usted, pues pusiste la cercanía lo primero verificando tú mismo mi estado de salud y ya somos conocidos. Desde aquel momento supe que estaba en buenas manos. Unas manos sabias, a pesar de tu juventud, por las que corría profesionalidad como la "copa de un pino", pero también, horas y horas de trabajo en una profesión a la que un día decidiste dedicarte. 

Soy de las que piensa que salvar una vida no se puede pagar con dinero ni con nada. Pero me quedo tranquila sabiendo que parte de nuestros impuestos, ha conseguido que el personal sanitario que hoy en día tenemos aquí y en otros países, salgan bien formados (aunque quizás la calidad de la formación no sea la suficiente) y que por ello muchas personas puedan seguir viviendo momentos con sus seres queridos y haciendo lo que aman. Gracias a que algún médico como tú se dejó la piel en su trabajo, se quitó tiempo con su familia por salvar a un paciente y suspiró de alivio cuando este mejoraba.


Gracias a todos los profesionales sanitarios por vuestra dedicación y cariño, pero especialmente a ti, que aún sigues cuidando mi salud como el primer día, a pesar de estar recuperada.

Te debo mucho.