Volar.

©AlbaDíaz2014

Volar es libertad, es liberarte del pasado que te pisaba los talones, es dejar tu casa, tu rutina, tus hábitos pero sobre todo es salir de tu zona de confort.

Volar es la oportunidad de aprovechar las corrientes de aire para llegar más alto y poder ver desde arriba las cosas con otra perspectiva, desde distinto ángulo y de diferente manera.

Porque cuando uno vuela hay una zona del cerebro que hace "click" y se activa, permitiéndonos tener una visión de 180º, descubriendo aquello que antes nos pasaba inadvertido. Vivir y pensar de distinta manera, porque estamos acostumbrados a lo cómodo, a tener todo al alcance de nuestra mano, a tener una vida cada vez más sencilla. Pero nada en esta vida es fácil.

Por eso todos alzamos el vuelo tarde o temprano, precipitándonos al vacío, con miedo mucho miedo, pero finalmente alzamos el vuelo en el último segundo, librándonos de la caída y echamos a volar.

Porque volar es descubrir cosas nuevas con el miedo a las espaldas, porque no se alzan las alas sin haber caído primero.

No solo las pájaros vuelan, todos volamos alguna vez.

Un día de estos.

©AlbaDíaz2014

Un día de estos pero no uno cualquiera. Abriré esa ventana, respiraré el olor a tierra mojada y profundo llenándome de calma. Seré una persona más en este planeta, pero no seré una persona cualquiera ni estaré en cualquier lugar.

 Un lugar donde el verde pinta el campo y los pájaros cantan con fervor,

 dónde el Otoño tiñe los caminos de un naranja-marrón. 

Dónde el invierno lo cubre todo con su blanco mantón,

dónde la Primavera aprovecha su paleta de color,

y va pintando despacito el lienzo blanco que el invierno dejó.

Un día de estos, pero no un día cualquiera. Te diré que sí, que aquí me quedo.

Mientras tanto haré caso a esta curiosidad mía que me grita alto y fuerte que el tiempo no es suficiente para todo lo que nos queda por vivir.

Un día de estos pero no un día cualquiera. Seré quien quiero ser, pero déjame que ahora experimente el placer de encontrarme en un mundo lleno de gente muy diversa; de tropezar con millones de piedras o de tomar el camino más largo mientras doy un paseo.

Un día de estos pero no un día cualquiera, me quedaré aquí y espero encontrarte igual que siempre, mirándome de la misma manera que ahora lo haces, con tu sonrisa entusiasta y tu mirada clavada en mis ojos. Cuando estemos frente a frente, echaremos a reír como si todo eso hubiera sido un chiste, me abrazarás y sabré que he vuelto a casa.